Juan Gatti: Un riograndense que llegó a la Selección Argentina

El entrenador riograndense Juan Manuel Gatti, hoy se encuentra trabajando con la Selección Argentina.

 

RIO GRANDE.- Sin dudas que la figura de Juan Manuel Gatti es destacada en el básquetbol argentino, y eso marca que un riograndense triunfa en la actividad que realiza, sobre todo desde que el entrenador nacional Sergio Hernández lo convocó, primero para trabajar en las divisiones formativas de la Selección y más tarde para ser asistente técnico con el plantel mayor.

Con el simple hecho de destacar el esfuerzo y el sacrificio que hizo un riograndense común y corriente como lo es Juan Manuel Gatti, quien decidió salir de la isla y perseguir sus sueños, desde El Sureño quisimos hacer una especie de homenaje a alguien que nos representa y de la mejor manera, hoy en la élite del básquetbol nacional y se codea con los mejores del mundo en el ambiente basquetbolístico.

Nacido en la colorida ciudad bonaerense de Bragado, pero fueguino por adopción, Juan Gatti comenzó su carrera como profesional del básquetbol hace más de 12 años, una docena de temporadas de trabajo y sacrificio que se vieron premiadas con la convocatoria más importante de su vida: la de formar parte de la Selección Mayor junto a Sergio Hernández como entrenador principal.

Extrovertido y con muy buen léxico, quizás beneficiado por sus viajes y las experiencias vividas en distintos puntos del país y del mundo, Juan Manuel Gatti no perdió la humildad y mantiene los pies sobre la tierra, más allá del momento que hoy está viviendo.

“Esta posibilidad me encontró en un año sabático en cuanto al básquetbol profesional. Yo venía de tres años en Peñarol de Mar de Plata en la Liga A, y bueno justo ahora estaba en una pausa, estoy en Olavarría, que es el lugar donde estoy radicado y donde tengo a mi mujer y a mi hija, y justo en esa pausa me llama Sergio Hernández y me convoca a trabajar en el staff técnico de la CABB en un principio, con las formativas y las divisiones menores, y por suerte me estoy haciendo cargo de la Selección Argentina U15, que se prepara para un Sudamericano dentro de unos días, y a partir de ahí se fue generando la relación y así llegué a estar en el cuerpo técnico de la Selección mayor en lo que fue la AmeriCup que se hizo en Bahía Blanca y Córdoba y la preparación, que fueron 45 días de concentración con este equipo, que es el que va a representar al país en los próximos años”.

Consultado sobre sus sensaciones por formar parte de la Selección Argentina, el entrenador fueguino comentó: “Son sueños que se van cumpliendo. Yo hace 18 que me fui de Río Grande con el objetivo bien claro de llegar lo más arriba posible dentro del básquet; entendía mis limitaciones como jugador estando allá y opté por ser entrenador y empezar a trabajar con la docencia y todo lo que ello implica, y la verdad que hoy llegar a la Selección mayor y estar al lado de todos estos jugadores que, hoy por hoy, es lo mejor que tiene el país y tener la posibilidad de trabajar con Luis Scola, por nombrarte alguno de la Generación Dorada, ya antes había tenido la chance de trabajar en Peñarol con Facundo Capazzo y con Nico Bruzino, que hoy son dos de los referentes, la verdad que es una alegría enorme”.

Además agregó: “Pienso que son objetivos o sueños que se van cumpliendo, y a uno lo motiva mucho el simple hecho de pensar que viniendo de tan lejos y de una ciudad chica como Río Grande, en donde el básquetbol no era referencia, pude cumplir con lo que soñaba, sobre todo porque sabía que iba a tener que remarla mucho ya que en este ambiente con solo decir que venís del interior del país de otro lado que no sea Córdoba o Bahía Blanca se hacen las cosas más difíciles insertarte en el básquet. Pero bueno, yo fui haciendo camino, cumpliendo metas poco a poco, y ahora que llegué, sigo con los objetivos altos; la idea es seguir metido en el proyecto de la Selección Argentina, al menos por tres años más y tener la posibilidad, si Dios quiere, de ir a un Juego Olímpico, que es uno de los objetivos más importantes. Esperemos que el equipo pueda lograr clasificar y dentro de esa clasificación que pueda mantenerme dentro del staff técnico de Sergio Hernández”.

 

 

El vínculo con la selección

“En principio, una vez terminada la AmeriCup, nosotros vamos a volver a concentrar con la selección mayor a fines de noviembre para las que se llaman “ventanas mundialistas”, porque la forma de clasificar al Mundial ha cambiado y ahora es similar a la del fútbol; así que nos vamos a ir encontrando con la mayor en noviembre, febrero y julio del año que viene pero por lo pronto me toca viajar a Santiago de Chile a competir con la Selección Argentina 3×3 en los Juegos Odesur (comenzaron el pasado viernes), vamos con lo mejor que hay en país, son jugadores menores de 18 años, y a fin de octubre voy a viajar a Venezuela para jugar el Sudamericano U14 de varones con la categoría 2003”.

Y agregó: “Pero además de esta competencia, no paro, yo sigo trabajando con los chicos de esta edad a lo largo del año, en realidad este es un staff en donde somos cinco entrenadores que nos encargamos del rastrillaje de los buenos jugadores y del trabajo en menores de todo el país. Esto es toda una responsabilidad que me “ata” a la CABB, si Dios quiere, por los próximos tres años que es lo que dura el ciclo de Sergio Hernández como entrenador principal”.

El cuerpo técnico argentino es liderado por Sergio Hernández, con los asistentes Silvio Santander, Diego Lifschitz, Maximiliano Seigorman, Juan Manuel Gatti y Daniel Farabello.

Este año, como novedad, todas las categorías tendrán concentraciones durante 2017 (incluso las que no tengan competencia oficial de FIBA) y se sumará al grupo de trabajo el correntino Federico Kammerichs, quien colaborará con el staff técnico desde el mes de mayo, como manager de las Selecciones menores.

Al momento de hacer una mirada de su carrera y con sus vivencias a modo de ejemplo, Gatti comentó: “En realidad no soy ejemplo de nadie. Yo hice mi camino, a mi manera, a mi forma, y realmente me costó mucho porque estuve en lugares difíciles, como es trabajar en Charata, en el Chaco bien profundo, trabajando en un equipo de Liga B complicado, pero bueno, en ese momento era trabajo y era necesario, pero hay que moverse y así uno va creciendo. Yo creo que hoy Río Grande está preparado para formar y crecer a un buen deportista o atleta. Obviamente que llega un punto en donde uno tiene que armar el bolso y hacer su camino porque la competencia te lleva hasta un punto, pero creo que hoy Río Grande para todo lo que es iniciación está muy preparada”.

Y también completó: “Cuando yo era chico, Río Grande no tenía todo lo que tienen los chicos ahora, el tema es orientarlos y luego seguir apoyando los proyectos, tanto sea de básquet como de cualquier otra disciplina, Río Grande tiene una oportunidad realmente para aprovechar y lo importante sería que los chicos puedan vislumbrar ese norte (y no geográfico) para, a partir de ahí, armar el bolso y viajar porque el deporte de alto rendimiento se maneja en otros lados y hay que tratar de llegar ahí. Es posible, está claro que es posible, ya las distancias no son las que eran antes”.

 

Una anécdota

Para completar la entrevista queríamos conocer alguna anécdota relacionada con los jugadores de la Selección que, por momentos, parecen ser inalcanzables. “Hace unos días atrás fui a ver a un partido de U13 y había un chico con mucho talento pero era muy chiquito físicamente, y su papá, que estaba en la tribuna, me decía juega bien pero es muy chico. Y yo le dije, Facundo Campazzo es un “enano” a nivel internacional, pero Facundo es un jugador que trabaja realmente muy intenso, que nos pide ir a tirar dos horas antes al aro, que está una hora antes de cada entrenamiento y es un chico que ha tenido un crecimiento notable y por eso no nos sorprende lo que hace en la cancha. Pero hay un montón de cosas que tienen que ver con el esfuerzo y las ganas que uno le ponga. Hoy por hoy, con el talento a nivel profesional, no te alcanza, la realidad es esa, por más talento que tengas, si no le ponés un extra, no vas a llegar a ningún lado. Estos jugadores a mí me enseñaron eso”.

Y además agregó: “Lo veía a Luis Scola que tiene 38 años, y que me dice, “la última vez que comí una empanada fue en el año 2006. Porque a partir de ahí estoy con una dieta estricta”, porque él pretende jugar los próximos Juegos Olímpicos y la única manera de que él llegue a los próximos Juegos Olímpicos es con un cuidado extremo. Esas cosas del día a día te sorprenden y te hacen ver que no solamente son jugadores talentosos, porque el talento está clarísimo que lo tienen, sino por el esfuerzo que hacen y la decisión de vida que toman. Ellos hacen de su cuerpo un culto al trabajo y son conscientes de ello; por ejemplo vos podés poner un pote de helado al frente y sabés que no lo van a tocar, porque saben que eso hace mal y que necesitan rendir de otra manera, y esa decisión, a veces los jóvenes no la entienden y creen que con el talento solamente alcanza y terminan en la nada”.