BUENOS AIRES (NA).- El Gobierno buscará desde 2017 consensos políticos con gobernadores y la oposición en el Congreso para definir medidas que llevarán al país a reducir sus emisiones de dióxido de carbono de 570 a 483 millones de toneladas en 2030.
El Gobierno también convocará a la mesa de discusión a las cámaras empresariales de los sectores productivos con fuerte impacto en el medioambiente, como la industria con chimeneas, las fábricas de autos, entre otros.
Será un proceso progresivo, difícil y vertiginoso en el que se requerirá de inversiones para la reconversión de industrias contaminantes con un plazo de sólo trece años para cumplir con lo que la Argentina se comprometió ante el mundo.
La idea de una política agresiva de reforestación y de freno a los desmontes ilegales para alcanzar en la próxima década la deforestación neta cero requerirá el compromiso de los gobernadores, representantes de la autonomía de las provincias.
Tendrá la Argentina que ponerse a trabajar para recuperar las tierras degradadas y arrasadas por la frontera agrícola de la mano del monocultivo y deberá rever su matriz energética para cambiar gradualmente el recurso fósil por las energías renovables como la eólica y solar.
Estas ideas son las que el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, y el subsecretario de Cambio Climático, Carlos Gentile, hablaron la semana pasada con la delegación argentina en Conference de las Partes (COP 22) en Marruecos.
Según el último inventario de Gases de Efecto Invernadero (GEI) realizado por el ministerio de Ambiente, el total de estas emisiones se divide así: agro y deforestación, 44%; energía, 27%; transporte, 13%; industria, 12%; y residuos, 4%.
A nivel mundial la Argentina es responsable de un 0,7% de las emisiones de este tipo de gases que contribuyen al calentamiento del planeta, según comprobaciones científicas reconocidas en el mundo entero.