Fuertes cruces por vuelos suspendidos

El gobernador Gustavo Melella había anunciado el miércoles por la tarde la llegada a Río Grande de dos vuelos desde Buenos Aires, pero un par de horas más tarde tuvo que dejar sin efecto la medida. Hubo fuerte rechazo social que incluyó bocinazos de vecinos que salieron a protestar a las calles y que, de esa forma, violaron la cuarentena obligatoria. Los cruces y el rechazo a la propuesta por parte de los sectores políticos de la oposición se multiplicaron durante las primeras horas de ayer.

Melella debió dar marcha atrás con la medida y ahora analizan opciones para el abastecimiento médico.

RIO GRANDE.- El Gobierno provincial había anunciado un acuerdo con Aerolíneas Argentinas para que, dos veces por semana, arriben vuelos procedentes desde Buenos Aires, ante el cierre del aeropuerto de Ushuaia.
La medida, lejos de ser bien recibida, provocó fuerte rechazo en la ciudadanía riograndense que se hizo sentir con reproches en las redes sociales, un cacerolazo y hasta un bocinazo que quebró el aislamiento durante los primeros minutos de ayer.
Melella había anunciado durante la tarde del miércoles que Aerolíneas Argentinas iba a trasladar su operatividad al aeropuerto internacional de Río Grande tras la suspensión de operaciones en el aeropuerto internacional de Ushuaia luego de conocerse que todos los casos de COVID-19 en la provincia se habían detectado en dicha ciudad y con el aeropuerto como posible eje de contagio.
Sin embargo, minutos antes de la medianoche se informó que la decisión quedaba sin efecto. Y por medios oficiales confirmaron que “se determinó la contratación de un vuelo sanitario que garantice la provisión de medicamentos, insumos y profesionales médicos que sean necesarios durante el tiempo que dure la cuarentena”.
En sus redes sociales, Melella dijo al respecto: “Luego de que Aerolíneas Argentinas decidiera suspender toda su operatividad en la aeroestación de la capital fueguina, se tomó esta determinación en virtud de un análisis profundo, con el solo fin de que Tierra del Fuego, provincia aerodependiente, tuviera garantizada la provisión de insumos médicos, reactivos y la llegada de profesionales como terapistas pediátricos”.
“Tierra del Fuego ha estado a la vanguardia de las medidas para contener la propagación del COVID-19, acciones que luego el Gobierno nacional decidió para todo el territorio nacional”, dijo en alusión a la cuarentena obligatoria y aclaró: “La isla necesita sostener la conectividad aérea precisamente para sostener las acciones y garantizar la salud pública. Son tiempos en que debemos ser solidarios entre todos”.
Además, reconoció que “el temor está presente en todos. Es comprensible. Y nuevamente hemos escuchado el reclamo de los y las vecinas principalmente de Río Grande, a pesar de que ha sido dispuesto un operativo sanitario riguroso para la llegada de aquellos fueguinos que hoy, con todo derecho, quieren estar en su hogar”.
“Se solicitará a la empresa de bandera la cancelación de los dos vuelos semanales a Río Grande y el Estado provincial solventará el alquiler de un servicio sanitario que permita la llegada a la isla de los medicamentos, reactivos y especialistas médicos para todos los fueguinos durante el tiempo en que dure la cuarentena”, aseveró.
Finalmente, anticipó que “al mismo tiempo se comenzará a trabajar para conseguir un espacio en Buenos Aires para que los fueguinos varados puedan contar con un sitio donde quedarse en la cuarentena y recibir la asistencia que merecen de parte del Estado de su provincia”.

Rechazo político
Uno de los primeros en rechazar la iniciativa fue el intendente del Municipio de Río Grande, Martín Pérez, quien precisó que “nuestra ciudad hasta el momento no posee casos positivos confirmados de COVID-19 y la llegada de vuelos es un riesgo demasiado alto porque posibilitaría la propagación de este virus, donde buena cantidad de los infectados son asintomáticos”.
“Hoy tenemos la obligación de priorizar el cuidado de la salud de los vecinos que están respetando la cuarentena en sus hogares, y de los trabajadores del aeropuerto local”, enfatizó el mandatario.
Por último, Pérez afirmó que “no estoy de acuerdo. Es un riesgo demasiado alto para los vecinos” y adelantó que “vamos a hacer todos los planteos formales y también a nivel personal a las autoridades que correspondan para revertir esta decisión”.
Por su parte, el presidente del Concejo Deliberante local, Raúl von der Thusen, dijo que “venimos haciendo un seguimiento de cómo se desarrolla la situación de la pandemia en la Argentina y cómo se ve afectada la población. Por ello oportunamente solicité que se suspendieran las clases como medida de prevención, y no me equivoqué”.
“Posteriormente aprobamos la emergencia sanitaria para brindarle todas las herramientas el intendente Martín Pérez; después aprobamos la emergencia social y creo que ahora es tiempo de restringir el ingreso y salida de Río Grande”, recalcó.
Asimismo, elogió que “el intendente está conduciendo la ciudad con serenidad y firmeza y nosotros lo estamos acompañando. Martín Pérez está abocado en forma permanente a la tarea de atender esta crisis”.
“Le pedimos a nuestros vecinos que se queden en sus casas cuidando a sus hijos, que los abuelos continúen aislados y que traten de no salir en forma innecesaria, esta batalla la ganamos entre todos”, aseveró.
La mayoría de los dirigentes políticos de Ushuaia no tomaron partido, a pesar de los mensajes que se diseminaron en las redes sociales. Sin embargo, fueron llamativas las declaraciones del concejal melellista Juan Manuel Romano.
Ante el silencio -piadoso, por cierto- de sus pares riograndenses, Romano aprovechó y se despachó con una fuerte crítica a los opositores: “En vez de fomentar bocinazos, la dirigencia política debe ser responsable”.
“Hoy la situación amerita que todos estemos dispuestos a colaborar con las medidas que se toman por parte de la provincia; quedarnos sin conectividad aérea, nos pone en una situación de extrema vulnerabilidad”, consideró.