Divergencia entre los peritos pone en duda la imputabilidad de Guillermo Díaz Guerra

En la jornada de ayer quedó más que claro que Guillermo Díaz Guerra era paciente psiquiátrico desde los 14 años. No obstante, aún continúa la duda sobre si padece un trastorno de la personalidad, como sostiene un perito de la Corte Suprema, o si es un psicótico de características severas. El psiquiatra de Buenos Aires deslizó que el acusado “simula” ciertos aspectos de su patología mientras que los profesionales locales sostienen que “no comprendió” la criminalidad del acto y que sufría delirios persecutorios.
USHUAIA.- El juicio por el grave asesinato de Mónica Julia Guerra, que perdiera la vida en manos de su sobrino, tras ser apuñalada y descuartizada, entró ayer en un debate técnico de medicina psiquátrica para determinar si el acusado Guillermo Díaz Guerra es inimputable o si efectivamente sabía lo que hacía cuando cometió el hecho en enero pasado.

Ayer declararon diez profesionales de la salud, en su mayoría psiquiatras y psicólogos, algunos del Hospital Regional Ushuaia que lo asistieron desde su adolescencia. Dieron datos de la medicación que se le suministraba y de la cantidad de veces que era tratado por un profesional.

Pero lo más interesante se dio entre las miradas disímiles entre profesionales psiquiátras. La visión del doctor Eduardo Domingo Mamone, médico forense del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien consideraba que Díaz Guerra tiene un “trastorno de la personalidad” que está muy lejos de ser una patología severa pero bajo ningún punto de vista es un paciente “psicótico” con alucinaciones y delirios persecutorios. Por su parte su colega del Poder Judicial Fueguino, la doctora María Cristina Martín, quien ratificó un informe realizado durante la instrucción que sostiene que Díaz Guerra es un “psicótico” severo y que debía ser declarado inimputable. Esa misma visión fue compartida por la licenciada Alicia Inés Aracena que suscribió junto a Martín el dictamen conjunto.

Uno de los reparos o diferencia que marcó el profesional porteño, es que en el Cuerpo de Peritos de la Corte Suprema el psiquiatra no tiene contacto previo con el psicólogo ni hablan del caso previo a realizar el informe. Ambos profesionales realizan informes por separados sobre los judiciables para aportar cada uno su visión del caso.

Sin ser una crítica Mamone dijo que el sistema jurídico de la Corte no es como el del fueguino en donde el psicólogo y el psiquiatra suscribieron un dictamen conjunto o compartido.

Además, Mamone deslizó que Díaz Guerra “simula” o podría estar simulando exageradamente su patología. Situación que no es compartida por Martín y Aracena.

Tras más de dos horas los profesionales de la rama psiquiatrica se mantuvieron en sus dichos. Para las dos profesionales del Poder Judicial fueguino es inmputable y no comprendía la criminalidad del acto, y para Mamone, Díaz Guerra sí entendía lo que hacía.

Hay que recordar que el imputado está siendo juzgado por haber acuchillado y descuartizado a su tía Mónica Guerra, en enero pasado. De lo que no quedó duda, es que Díaz Guerra es paciente psiquiátrico.

Los jueces pasaron a un cuarto intermedio hasta el martes momento en que el fiscal Fernando Ballester Bidau, expondrá su alegato para determinar si acusa o si pide que el enjuiciado sea declarado insano o inimputable o si pide que sea condenado a prisión perpetua.

Ayer declararon ante los jueces diez profesionales de la salud, en su mayoría psiquiatras y psicólogos.
Ayer declararon ante los jueces diez profesionales de la salud, en su mayoría psiquiatras y psicólogos.