Con los trabajos realizados por muralistas, Ushuaia se ha convertido en una galería de arte a cielo abierto

La Municipalidad de Ushuaia lleva adelante un programa de embellecimiento de la ciudad, que incluye la pintura de murales no sólo en el casco histórico y en los edificios públicos sino también en los barrios. El artista y docente Rodrigo Crespo, uno de los grandes responsables de esta transformación, en diálogo con El Sureño explica el fenómeno que genera el muralismo en las calles de la capital fueguina.

 


USHUAIA.- Rodrigo Crespo tiene 43 años, es de Berazategui, estudió Bellas Artes en la Universidad de La Plata y desde hace unos 11 años vive en Ushuaia. Da clases de muralismo, arte público y dibujo y pintura en el Polivalente de Arte y se dedica a hacer murales desde hace 20 años. Cuando llegó a la Isla, se adaptó a las costumbres locales y aunque su pasión es “pintar en grande”, inexplicablemente dejó de plasmar su arte en las calles con la frecuencia de antes.

Sin embargo, el año pasado, por puro deseo pintó un mural sobre calle Magallanes casi Lasserre que sin buscarlo, generó el interés público y de otros artistas, abriendo el camino de regreso a la disciplina de sus amores. “Lo pinté antes de trabajar para Cultura. Son como dos murales diferentes y me gustó porque hubo un contagio, ya que en la esquina pintó un amigo que también hace murales y un poco más allá también pintó otra artista local, asique creo que quedó un lindo conjunto ahí”.

Estar en la calle le abrió puertas inesperadas, permitiéndole hacer lo que más le gusta. Desde hace seis meses trabaja para la Municipalidad de Ushuaia transformando la ciudad en una galería de arte a cielo abierto sobre paredes en lugares que se le asignan, o en espacios que él consigue para llevar adelante sus dibujos. La mayoría de sus diseños se refieren a la temática aborigen, con personajes de la historia fueguina. Aunque también ha participado en la confección de murales que recrean imágenes sobre derechos humanos, la integración de las personas con discapacidad y la defensa del medio ambiente.

Trabajar para la Municipalidad representa para él una continuidad en una tarea que antes dependía de su tiempo libre o sus ganas. Además le proveen los materiales y le asignan algunos muros y pedidos especiales. “Desde ese momento le estoy poniendo más energía. Eso me acelera un poco el trabajo y desde luego, es otro el compromiso. Me dejan trabajar con mucha libertad”, asegura.

“A mí me gusta sobre todo el tema de los pueblos originarios y la fauna local pero a veces depende del muro, de lo que opinen los vecinos, encontrando el tema que nos guste a todos”, explica el artista que no lleva la cuenta de los murales que ha pintado en la capital fueguina.

Durante el invierno, por la veda, trabajó en interior sobre paneles que aún no fueron colocados en su totalidad. Al comenzar la primavera, los primeros murales en exterior se hicieron en la zona céntrica, pero desde hace poco tiempo están trabajando en los barrios. Precisamente, este fin de semana terminó de pintar con la ayuda de voluntarios, un mural en el barrio de las 640 viviendas y la próxima intervención será por Kuanip, en la pared de bomberos junto a integrantes de una murga que organizan un festival para los carnavales.


Un arte que contagia

Difícilmente se lo vea a Rodrigo trabajar solo cuando lo hace en la calle. Muchas veces lo hace junto a otros muralistas y la mayoría, con la colaboración de voluntarios que se ofrecen y a quienes les va delegando tareas a medida que aprenden.

“El muralismo es un arte en conjunto, porque las paredes son muy grandes y siempre es mejor trabajar con otros que miren de lejos, que ayuden a correr el andamio o te tengan la escalera. No debería ser un arte individualista. El vecino también es una parte importante a la hora de elegir los diseños. Y si lo que se elige pintar no tiene nada que ver con la gente del lugar, es probable que te lo rayen”, explica.

“A veces, el mismo vecino cansado de repintar un muro porque se lo rayan, me llama para hacer algún diseño y son los mismos chicos que rayan los que me ayudan a pintar”.

En cuanto a lo que representa esa explosión de color en la calle, tan visible y tan presente, opina que es lo mejor que puede pasarle a una comunidad. “Que el arte esté en la calle es súper positivo porque no toda la gente se acerca a un museo o a una muestra. Pero esto, al encontrarlo en la calle, te lo apropiás. Estás llevando el arte a lugares donde no suele estar. En el barrio donde me crié yo, nunca vi un mural y pienso qué bueno hubiera estado tener esto a mi disposición como lo tienen estos pibes que se acercan a ver si pueden pintar con vos”.

Rodrigo cuenta que la llegada de un mural a un barrio, provoca una transformación. “A veces, llegamos a pintar una pared que estaba toda rayada y vemos mientras trabajamos, cómo los vecinos comienzan a cortar el pasto que nunca cortaron, juntan la basura, pintan el frente de la casa”.

Quizás por eso mismo considera los muros como un espacio para incentivar la creación. “El muralismo y el arte callejero son inclusivos, cualquiera puede pintar en la calle. No es como un museo o una sala de arte donde sólo se puede mostrar cuando se tiene un currículum o una trayectoria. Pinto porque me gusta pintar y me parece buenísimo que gente que no sabe pero tiene ganas, también lo haga”.


Encuentro de muralistas

Por estos días, la Municipalidad de Ushuaia está organizando un encuentro de muralistas que se realizará en el mes de febrero. “Vienen 10 artistas de afuera a dejar su obra en la ciudad y la idea es sumar artistas de acá. No somos tantos los que hacemos murales en Ushuaia, pero creo que se va a sumar mucha gente. Si el proyecto le gusta a la gente, sería grandioso seguirlo más allá de los gobiernos”, opina.

En un futuro cercano, Rodrigo espera poder seguir incorporando otras técnicas a los murales, como relieves en cemento y mosaicos. “En mi cabeza tengo proyectadas un montón de cosas. Si se dan, estaría buenísimo. Hasta ahora se viene dando todo”.

 

En este mural las hojas de un árbol asemejan la cabellera de la imagen.
El embellecimiento en varios sectores de Ushuaia, gracias a la tarea de los artistas que despliegan toda su destreza.