Arte congelado: las asombrosas figuras del Festival Nacional de Esculturas de Nieve

En el Centro Invernal Haruwen, a 36 kilómetros de Ushuaia, durante el fin de semana se realizó el Festival Nacional de Esculturas en Nieve. Artistas y escultores aficionados de Ushuaia, Río Grande y hasta del Chaco hicieron de un cubo gigante de nieve, obras que maravillaron a los visitantes.

USHUAIA.- En el Complejo Invernal Haruwen, a 36 kilómetros de Ushuaia, los escultores fueron protagonistas durante cuatro días del Festival Nacional de Esculturas de Nieve, un evento tradicional organizado por la Municipalidad de Ushuaia, que se retomó luego de dos años de interrupción.

Allí, además de conocer todas las ofertas de Haruwen para el turismo internacional y el residente (para quienes los valores son un 40% inferiores en lo que son las actividades recreativas), los visitantes pudieron recorrer y charlar con los escultores que avanzaban y daban forma a los bloques de nieve distribuidos en gran parte del predio.

De lugares remotos del país, profesionales del arte pero también vecinos de la provincia con poca o sin ninguna experiencia, los escultores le dedicaron todo su esfuerzo a las obras que fueron visitadas el fin de semana por más de dos mil personas, y que mientras el frío lo permita, podrán seguir visitando.

«Puente del amor»

Cuatro mujeres, entre ellas una riograndense, una uruguaya y dos platenses se lanzaron por primera vez y sin ninguna experiencia, una escultura en nieve, a la que llamaron el “Puente del Amor”.

“Estamos haciendo el Puente del Amor con mucho sacrificio, no sabíamos que era tan duro pero está muy buena la experiencia”, contó Carolina a El Sureño.

Con asesoramiento de otros equipos y también algunos instrumentos prestados, avanzaron en el trabajo que es mucho más sacrificado de lo que aparenta. “Es la primera vez que participamos y somos todas mujeres, nos invitaron y dijimos vamos a jugar con la nieve un ratito, no sabíamos que era tan grande el bloque pero va queriendo”, sumó.

El «toro alado»

A pocos metros el escultor Xavier Fontenla, integrante el cuerpo estable del Taller de Escultura del Teatro Colón, encabezó otro de los equipos con un trabajo muy ambicioso. “Trabajamos en un estilo de cultura que representa al ´toro alado´ de la cultura babilónica, que es un toro con cuerpo de toro, alas de águila y rostro de humano, que eran divinidades que protegían los templos, eran dos toros y en el interior estaba el templo”, explicó.

Por cuarta vez Xavier participó de un festival de esculturas de nieve, en tres oportunidades anteriores lo hizo en Ushuaia y otra vez en los Alpes franceses, pero aclaró que “Ushuaia es mucho más hermoso”.

En cuatro días el equipo terminó el trabajo. “Es muy poco tiempo pero conformamos un muy buen equipo” aseguró Xavier quien realizó el diseño y la idea, pero trabajó junto Mariano Verón, artista de Olavarría y el hijo de Xavier para quien fue primera experiencia.

“Es una experiencia muy interesante porque estamos en contacto con la naturaleza, hermanados con ella, le pedimos permiso para que nos dé la posibilidad de trabajarla y después vuelve todo a su curso natural, entonces es muy mágico, es una satisfacción inmensa y un desafío desde todo punto de vista porque trabajamos con mucho esfuerzo físico y lograr los detalles también es muy difícil”, agregó.

La muela y el gusano

Pablo y Nacho Martín conformaron el último equipo en sumarse al festival. Padre e hijo de Río Grande, participaron por primera vez con una escultura propia y le dedicaron todo su esfuerzo.

“Llego acá porque me invita José María Martín, integrante del Grupo Opus G que andan en el tema del arte, son profes de escuelas de arte, él me propuso esto en el año 2015 y a partir de ahí me metí. Este año me llamaron y en realidad no es competitivo, sobró un cubo y surgió esto de improvisar y nos pusimos a sacar nieve con mi hijo”, expresó.

La escultura elegida por ellos no es casualidad, Pablo es odontólogo y su escultura es justamente una muela. “Estamos haciendo una muela con un gusano, vamos a ver cómo nos queda, no tenemos mucha experiencia en esto más que haber participado ayudando pero lo bueno es poder dejar un mensaje de lo que hacemos día a día”, afirmó.

«Sobreviviendo»

Cristina Cambrera participó por tercera vez del festival de esculturas de nieve en Ushuaia y lo hizo junto a Graciela Campanella y Karina Mendozzi. La obra que crearon, llamada “Sobreviviendo”, es un oso polar y su osezno que están tratando de subsistir al cambio climático.

“La experiencia es muy linda si bien teníamos un poco de miedo por el tema del clima porque al igual que el oso estábamos sufriendo nosotros el cambio climático porque se estaba deshaciendo un poco la nieve, pero la llevamos bastante bien”, dijo Cristina y afirmó “queremos dejar este regalo para todos los que quieran venir a verlo, tanto los de acá como los turistas”.

Adriana Oplanich, Daniel Álvarez y Daniela Farías Nichi son profesores de escultura y conformaron el equipo que representa a la provincia de Chaco. “Vinimos a perder un poco el frío y a disfrutar de este frio intenso que hay aquí”, dijo Adriana.

“Habíamos venido en 2015 y nuestra obra en esta oportunidad se llama ´Intromisión´, la idea es la conjunción de dos rostros que en el interior permite un pasaje del espectador en el cual en la lectura visual los dos rostros se permiten el apoyo con la idea de que al transitar el visitante vea que su misión es el mismo camino y que es justamente la parte interna la que permite ese transitar, que uno con el otro apoyándose se logra”, explicó.

«Ofrendas»

Por último dialogamos Lorenzo Galfrascoli y Mabel Ferreira, quienes ocupan el primer lugar en el orden de esculturas. Los dos son de Río Grande y en cuatro días hicieron de un cubo gigante de nieve una mujer entregando un corazón, obra a la que llamaron “Ofrendas”.

“Está relacionada con una obra famosa que lleva ese nombre de Francisco Reyes y nosotros la fusionamos con una canción de Fito Páez, la que dice ´quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón´”, dijo Lorenzo.

Mabel añadió que “la idea es entregar un mensaje de que cuando hacemos las cosas con sentimiento, cuando hacemos con el corazón lo que nos gusta, todo sale mejor. Viene bien para la realidad en la que vivimos actual donde pensar que no todo está perdido”.

El festival finalizó el domingo, pero mientras el clima lo permita y la nieve se mantenga, se podrán seguir visitando las obras en nieve en el complejo Haruwen.