Lo que antes parecía un argumento de ciencia ficción está a punto de hacerse realidad. Una startup de Los Ángeles ha creado una cápsula capaz de entregar carga desde el espacio a cualquier punto del planeta en menos de una hora, pensada para operaciones críticas, emergencias médicas y misiones militares. Su nombre es Arc, y promete convertir la órbita terrestre en la nueva autopista logística del futuro.
La empresa aeroespacial estadounidense Inversion acaba de presentar Arc, una nave diseñada para algo que suena a fantasía logística: enviar hasta 225 kilos de carga desde el espacio a cualquier lugar del planeta en menos de 60 minutos. Un sistema que podría transformar la forma en que se gestionan las emergencias —desde operaciones militares hasta misiones médicas— y redefinir la utilidad práctica de tener naves orbitando la Tierra listas para descender bajo demanda.
Una nueva era de envíos orbitales
Inversion fue fundada en 2021 por Justin Fiaschetti y Austin Briggs, dos ingenieros formados en la Universidad de Boston que pasaron por SpaceX antes de lanzarse a su propia aventura espacial. Su idea es tan simple como disruptiva: mantener en órbita una flota de cápsulas Arc, pequeñas y resistentes, que puedan regresar a la superficie terrestre cuando alguien lo requiera, entregando material crítico en tiempo récord.
“Podría llevar desde drones militares hasta suministros médicos. Lo importante no es tanto qué se envía, sino cuándo llega, y que lo haga exactamente cuando se necesita”, explicó Fiaschetti durante la presentación del prototipo.
Arc está diseñada para reentrar en la atmósfera, aterrizar con precisión y ser reutilizada, lo que convierte el sistema en una alternativa más rápida y versátil que cualquier medio aéreo o marítimo actual. Su ventaja es obvia: mientras un avión tarda horas o días en llegar a un punto remoto, una cápsula en órbita puede hacerlo en cuestión de minutos.
El laboratorio hipersónico
Además del transporte, Arc servirá como plataforma de pruebas para tecnologías hipersónicas, un sector donde las potencias globales compiten con intensidad. Las capacidades de vuelo extremo y reentrada de la nave permitirán experimentar con nuevos materiales, sistemas térmicos y estrategias de control en condiciones reales.
De hecho, Inversion ya colabora con la NASA en el desarrollo de un sistema de protección térmica capaz de soportar las temperaturas extremas generadas durante la reentrada. “Estamos construyendo algo más que una nave logística”, asegura Fiaschetti. “Estamos creando un entorno para probar el futuro del vuelo espacial y del transporte global”.
Misiones críticas desde el espacio
El diseño modular de Arc permite adaptar cada cápsula a su propósito: envío urgente de material militar, equipos médicos para zonas de desastre o incluso componentes tecnológicos para bases remotas. En palabras del propio Fiaschetti, el objetivo es “convertir el espacio en una red de transporte global”.
La empresa, que cuenta ya con 60 empleados, ha completado decenas de pruebas de caída y simulaciones aerodinámicas con una unidad de desarrollo a escala real. Su plan es lanzar la primera misión de demostración a finales de 2026, y los resultados podrían marcar el comienzo de una nueva etapa: una en la que el espacio deje de ser solo un destino… y se convierta en una autopista para la logística terrestre.
La promesa es audaz: paquetes, medicamentos o tecnología crítica entregados desde el espacio a la Tierra en una hora. Lo que comenzó como un sueño de ciencia ficción está a punto de convertirse en la versión orbital de “envío urgente”.