Norberto Omar Curi es un reconocido médico traumatólogo de Ushuaia, quien reflexionó sobre la fecha que se conmemora hoy Día del Médico Traumatólogo. “Tengo la suerte de dedicarme a lo que me apasiona”, dijo.
USHUAIA (Con la colaboración de Gisela Deheza).- Hoy se conmemora el Día del Médico Traumatólogo y, por este motivo, El Sureño mantuvo una entrevista con el doctor Norberto Omar Curi, quien tiene un largo recorrido en el escenario de la salud en nuestra provincia desde que reside en Ushuaia.

El doctor Curi recordó que “mi título de médico traumatólogo lo obtuve en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y allí comencé este fructuoso camino. Ortopedia y traumatología es la especialidad que tiene por finalidad el estudio de las afecciones del aparato locomotor, en sus aspectos preventivos, diagnósticos, terapéuticos y de rehabilitación e investigación, desde el nacimiento y hasta la vejez del individuo”.
Sobre el ejercicio de su especialidad expresó que en lo que se refiere a guardia médica, “en la provincia se dispone el servicio donde los traumatólogos acudimos a una urgencia, se trata generalmente de lesiones traumáticas las cuales requieren una estabilización inmediata; mientras que en consultorio tratamos patologías subagudas y crónicas en la cual interviene primordialmente el paciente. Involucrarse profesionalmente al cien por ciento en el momento de la consulta ayuda a hacer una evaluación de mejor criterio”.
Al hablar de las intervenciones más comunes en nuestra provincia, el profesional dijo que “es importante tener en cuenta dos épocas que determinan una demanda constante, pero debido a la geografía con la que cuenta la ciudad de Ushuaia, en temporadas invernales prevalece la patología traumática de fracturas de las extremidades y de columna. En épocas de verano aparecen en la consulta patologías subagudas y crónicas, como las lesiones ligamentarias, correcciones de desejes; también se encuentran procesos degenerativos, como la artrosis, por ejemplo”.
Para cerrar la entrevista, el doctor Norberto Omar Curi reflexionó: “Tengo la suerte de dedicarme a lo que me apasiona, disfruto plenamente de poder servir a la salud. Mi vocación me empuja a curar, reconfortar y fortalecer la salud de mis pacientes. Más que una profesión tengo una misión de vida. No sólo debemos aprender de forma continua, sino también dar un poco más de lo que demanda cada profesión, pero siempre con una gran humildad”.