
Dora Sánchez, empleada de casas particulares, recordó que el feriado por el día de las trabajadoras domésticas es un día no laborable como en cualquier otro trabajo. Algunas de las cosas que mejoraron y otras que siguen igual en uno de los ámbitos laborales más precarizados.
RIO GRANDE.- La estadística dice que aproximadamente el 20% de las mujeres que trabaja está empleada en casas particulares, de ese total sólo tres de cada diez está trabajando en blanco. El resto no tiene aportes jubilatorios, cobertura de salud ni vacaciones, aguinaldo y otros beneficios que ostenta cualquier trabajador.
«Mañana es nuestro día. Tendríamos que quedarnos en casa o si decidimos trabajarlo cobrarlo al 100%, pero desgraciadamente pocas o ninguna disfrutará de este derecho porque lo mas común sera el ‘si no venís, no vengas má’s o ‘ni loca te pago 100%’”, expresó Dora Sánchez, empleada doméstica, exdelegada de UTDA (Unión de Trabajadores Domésticos y Afines).
Desde pequeñas casas de familia, dos veces por semana, a casas inmensas con tareas divididas de limpieza, cocina, lavandería y hasta mantenimiento, siempre hay alguien que realiza el trabajo. El año pasado los números decían que más de la mitad de las trabajadoras domésticas no estaban en blanco. En este sentido Dora reconoció que muchos de los empleadores comenzaron a blanquear, por lo menos en parte a las domésticas. Sin embargo, sigue siendo un desafío acceder a derechos establecidos para cualquier otro trabajador, como el gozar de vacaciones pagas, aguinaldos y una obra social.
Actualmente, las trabajadoras de casas particulares de la provincia están también organizándose para contar con representación sindical. Aunque Dora reconoce que más allá de internas, burocracias y legalidades, el obstáculo más difícil de superar es la falta de compromiso y el temor que tienen muchas de las trabajadoras a perder el puesto de trabajo si su empleador se entera que forma parte de algún gremio.
“Hay un caso de una chica a la que hace poco echaron del trabajo por teléfono. Sin ningún tipo de indemnización, y me llaman. Pero ahí el procedimiento correcto es ir al Ministerio de Trabajo, hacer una denuncia, seguir el trámite… entonces me dicen, ‘no, no, mejor no quiero hacer lío’; pero la verdad es que no es como en otros ámbitos, nosotros trabajamos en el ámbito privado, no se puede una ir a meter a la casa de otra persona, hacer lío como sea por un tema laboral, y eso es algo que todavía hace falta que se entienda. Hay que tener más compromiso y hacerse cargo”, recalcó la mujer.
Cada derecho reconocido, cada beneficio conseguido es una lucha que abarca varios factores. Pero la mayoría de las veces las ‘domésticas’ sólo se resignan de favor de un sueldo más: “Y nosotras las que sabemos lo que es trabajar 8 horas diarias, los 5 días de la semana por 5 mil pesos mensuales, vamos, nos tragamos las lágrimas, la bronca, la impotencia y vamos. Nos tragamos nuestros derechos y cumplimos nuestras obligaciones. Algún día lograremos unirnos y todas luchar por nuestros derechos, mientras tanto nos ayudamos, vamos aprendiendo cómo presentar un certificado médico, cómo solicitar las vacaciones, nuestros descuentos en los servicios, cómo no dejarnos violentar verbalmente, vamos en todo el país organizándonos para lograr dignificar nuestro trabajo”, siguió diciendo Dora.
Específicamente en lo que respecta a la obra social, algunas de las trabajadoras están en contacto con la UTDA a fin de solicitar que se les brinde el servicio de salud en los Hospitales de Río Grande y Ushuaia, con el recibo de sueldo: “Hay gente que quizá blanquea a la trabajadora que contrató y le paga lo que corresponde, pero no le hace la totalidad de los aportes. Y eso, si bien no le disminuye el sueldo, sí le influye en la capacidad que tiene cada trabajadora de acceder a la obra social. Porque hay un mínimo de aportes que tiene que hacer el empleador para que se pueda acceder a la obra social. Hay gente que todavía esto lo ignora”, dijo Dora.
Dora invitó a las chicas (porque en su mayoría son mujeres jóvenes las que trabajan en casas particulares) a realizar el trabajo con responsabilidad y hacer valer de la misma manera los derechos que las amparan, en este día especialmente.
Entre las cosas que necesitan hoy las empleadas domésticas para poder avanzar en este y otros aspectos está la necesidad de un espacio físico para reunirse.
Mientras tanto hoy, en miles de hogares; alguien preparó el desayuno; limpió cocina, habitaciones y baño; en algunos casos llevó a los chicos al jardín, paseó al perro y preparó el almuerzo, todo por una paga inferior a la que corresponde, en lugar de haberse quedado en su propia casa a descansar, en su día.