Un enjambre de drones autónomos es capaz de navegar por un denso bosque sin estrellarse

Los investigadores idearon y desarrollaron un nuevo método de sistema de navegación que reduce el tamaño y los requisitos de hardware de un dron.

Como si se tratara del comienzo de una espectacular película de ciencia ficción, lo que vemos en el siguiente vídeo era, hasta hace muy poco, material para producciones de Hollywood: 10 drones livianos son capaces de volar juntos sin chocar entre sí en lugares tan desafiantes como los bosques.

La idea partió de Xin Zhou, de la Universidad de Zhejiang en China, y sus colegas, quienes idearon y desarrollaron un nuevo método de sistema de navegación que reduce el tamaño y los requisitos de hardware de un dron manteniendo su capacidad informática. De esta manera, cuentan, se reduce la potencia de procesamiento necesaria para evitar obstáculos, incluso en entornos complicados como los bosques.

El artículo de este trabajo, publicado el miércoles en la revista Science Robotics, comienza citando películas como Star Wars, Prometheus y Blade Runner 2049. “Aquí, damos un paso adelante (hacia) ese futuro”, escribió el equipo, dirigido por Zhou.

¿Y para qué podría utilizarse en el futuro? Los investigadores cuentan que existen innumerables aplicaciones en el mundo real, incluido el mapeo aéreo para trabajos de conservación y socorro en casos de desastre. Dicho esto, la tecnología ha tenido que madurar para que los robots voladores puedan adaptarse a nuevos entornos sin chocar entre sí ni contra objetos, poniendo así en peligro la seguridad pública.

Según Enrica Soria, experto en robótica del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Lausana:

Los enjambres de drones se han probado en el pasado, pero en entornos abiertos sin obstáculos, o con la ubicación de esos obstáculos programada. Esta es la primera vez que hay un enjambre de drones volando con éxito al aire libre en un entorno no estructurado, en la naturaleza, y el resultado fue “impresionante”

Hablamos de drones del tamaño de la palma de una mano de 300 gramos que utilizan componentes de computadora disponibles en el mercado y alimentados por una batería de 100 gramos que puede mantenerlos en el aire hasta 11 minutos. Además, vienen equipados con una cámara que envía imágenes en tiempo real a su unidad de procesamiento.

En el trabajo también explican que un algoritmo de localización crea una imagen 3D de la escena y establece regularmente los objetivos del dron para llegar a esa escena. Busca obstáculos, y otros drones, y reajusta el patrón de vuelo en tiempo real. Finalmente, planifica la ruta más eficiente desde el punto de vista computacional a través del área.

Como cuentan al final del estudio, “combinar esto con la navegación exitosa adicional y la evitación de obstáculos y, de manera crítica, otros miembros del enjambre, es un logro excelente”.

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