Saltos de agua y cascadas para descubrir en Buenos Aires todo el año

Las cascadas y saltos de la llanura bonaerense en lugares como Necochea, Tornquist y Tres Arroyos invitan a vivir la aventura de campear las aguas, o de disfrutar de la belleza natural durante el invierno y todo el año.

BUENOS AIRES (TELAM).- A 12 kilómetros de la ciudad de Necochea se encuentra el paraje Las Cascadas, un balneario de aguas templadas ubicado sobre el Río Quequén, que nace en el macizo de Tandilia, partido de Benito Juárez.

En este parque se concentran piletones, pequeños saltos y cascadas que en algunos puntos llegan a superar el metro de altura, rodeados de una abundante y colorida vegetación.

Para quienes aman el vértigo, en este tramo del río donde tiene un caudal permanente durante las cuatro estaciones, resulta ideal la pista de slalom.

Se trata de la única pista de aguas bravas de la provincia de Buenos Aires y la que posee mayor regularidad del país, explicaron desde el municipio y agregaron que “también es perfecta para la práctica de kayak, canotaje, rafting o remo”.

Además, la pesca de pejerreyes, lisas, truchas, dientudos y bagres es habitual en el paisaje de la zona y el Paseo de la Ribera es otro imperdible.

En el Paseo de la Ribera, el camino que bordea el Río Quequén acompaña el zigzagueo de las aguas y en el trayecto se observan centros recreativos que alternan con viviendas particulares y una imponente arboleda entre espacios de descanso y miradores.

Paraje Las Cascadas, un balneario de aguas templadas ubicado sobre el Río Quequén. Foto: Ana Obiol.

Otras dos propuestas se suman en la Comarca Sierras de la Ventana: la Reserva Natural Sierras Grandes y la Olla del Napostá en la estancia Funke.

“Es importante destacar que el caudal de las cascadas no es permanente durante los doce meses del año ya que dependerá del nivel de lluvias en la región”, señalaron desde el área de turismo local.

Cerros que sobrepasan los mil metros de altura y siete circuitos guiados de los cuales cuatro tienen cascadas y piletones se pueden vivenciar en la imponente Reserva Natural Sierras Grandes.

La excursión a la Cascada Escondida es una caminata de esfuerzo medio con tres horas de duración por el borde de un arroyo y a través de un ascenso suave se lega a una cascada con piletas naturales de distintas profundidades.

Comarca de Sierras de la Ventana con ocupación del 75% en vacaciones de invierno.

El circuito Paredes Rosa es un trayecto de esfuerzo medio que toma unas cuatro horas por la costa del arroyo San Bernardo, para luego internarse en un cañadón enmarcado por inmensos paredones donde surgen piletas naturales.

Por el Piletón Grande y el recinto Piedras, el paseo de dos horas a la vera de un arroyo llega a una pileta natural de cincuenta metros de largo con una profundidad de catorce metros.

Otro de los itinerarios es la Cascada Grande, según precisa la subsecretaria de Turismo bonaerense, es una caminata de alta dificultad extendida durante ocho horas.

Los visitantes se podrán sumergir en el cañadón del arroyo San Bernardo hasta llegar a sus nacientes para disfrutar de una caída de agua de seis metros de altura y de un piletón con cuatro metros de profundidad.

Por otra parte, la Olla del Napostá es un piletón natural ubicado en el corazón de las sierras, donde se origina el arroyo homónimo.

Olla del Napostá, un lugar cargado de energía en el corazón de las sierras.

Durante el recorrido, que sigue aguas arriba el cauce del arroyo Napostá, se observan pequeñas piletas de agua, aleros, cuevas y la flora y fauna autóctonas que habitan en la serranía de Ventania.

La actividad implica un esfuerzo físico moderado de cinco horas entre ida y vuelta, con la contratación previa de un servicio guiado o de manera autoguiada, aunque teniendo en cuenta que se deberá bordear el arroyo sin perder de vista las apachetas que indican los cruces y el rumbo del camino.

En esa línea, la cascada Cifuentes, ubicada a 45 kilómetros de la ciudad de Tres Arroyos, es el salto más alto del territorio bonaerense: mide entre cinco y siete metros y posee una gran cueva a la que se accede cruzando la cortina de agua.

Atravesada por el Río Quequén Salado, ofrece una gran riqueza ictícola y la posibilidad de realizar diferentes deportes acuáticos.

La belleza del entorno natural, los cisnes de cuello negro, los patos, las gallaretas y los loros completan la postal del lugar con diversidad de formas y colores.

Si bien la cascada se puede visitar durante todo el año, la mejor época para hacerlo es durante la primavera.

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