El rompehielos Irizar llegó al puerto de Ushuaia previo a cumplir con las pruebas de hielo

El amarre de la embarcación que fue recuperada tras el incendio ocurrido hace diez años.

En su navegación desde Buenos Aires realizó distintas pruebas de mar para verificar sistemas de la unidad con alto nivel de exigencia. Luego de reaprovisionarse en Ushuaia, pondrá proa al sector antártico para finalizar con las pruebas de hielo.

USHUAIA.- Al mando del capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra, el rompehielos ARA “Almirante Irizar” (RHAI) amarró en el puerto de Ushuaia este sábado a las 17:15, para cumplir con tareas de reaprovisionamiento, previo a seguir viaje al sector antártico, donde realizará pruebas de hielo.

Desde el Area Naval Austral se emitió un informe el cual recuerda que la ciudad más austral del mundo lo vio partir en abril del 2007 con rumbo a Buenos Aires, luego de concluir con acostumbrado éxito las tareas de la Campaña Antártica 2006/2007. Durante esa navegación, el infortunio del fuego lo dejó fuera de combate.

Diez años después, la capital fueguina lo recibe en una histórica recalada, de cara a la más difícil y definitiva de sus navegaciones: las pruebas de hielo.

Lo que sobrevino luego del siniestro derivó en transformar la crisis en una gran oportunidad, a través de un trabajo interdisciplinario que abarcó numerosas órbitas del Estado en una reconstrucción y ampliación de capacidades que desafió todo pronóstico, y se valió del profesionalismo de todos los participantes en una tarea monumental.

Primó la vocación de servicio y el esmero de quienes participaron en la ardua tarea de concebir un Irizar repotenciado en todo sentido, ya que no sólo se trabajó para lograr una unidad más “marinera” -con mayores aptitudes para la navegación- sino que se repensó y llevó a la práctica un verdadero laboratorio móvil, con el que la comunidad científica llevará la bandera de la investigación a los últimos rincones de nuestra soberanía.

Fruto del aumento de la capacidad en alojamientos y laboratorios, debió generarse también un incremento en los servicios que sostienen esa mayor capacidad: climatización, cámaras frigoríficas, cocina, destiladores de agua potable y plantas de tratamientos de residuos.

Por otra parte, se ampliaron los servicios del Departamento Sanidad, que cuenta con quirófano, sala de terapia intensiva, terapia intermedia, internación y laboratorios para bioquímica y odontología.

Los últimos pasos de la etapa final comenzaron a darse desde mediados de año, con pruebas de propulsión y ajuste de sistemas hidráulicos, en navegación desde Buenos Aires a Puerto Belgrano, donde el Arsenal Naval (ARPB) le realizó carenado de casco y recorrido de válvulas.

Luego de su retorno a los Talleres Navales Dársena Norte (TANDANOR) durante el mes de agosto, continuó con diversas pruebas y ajuste de sistemas. Un mes más tarde, zarpó desde el Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR) para cumplimentar las pruebas de mar.

 

 

Un símbolo antártico

El rompehielos Almirante Irizar es uno de los símbolos icónicos que referencia a la actividad antártica de nuestro país. Su nombre, que honra al Teniente de Navío Julián Irizar, evoca la epopeya de la Corbeta ARA “Uruguay” que a fines de 1903 surcó las aguas del Antártico para rescatar a los miembros de la Expedición Nordenskjöld. Como parte de esa tripulación se encontraba el Alférez de Fragata de la Marina de Guerra José María Sobral, marino pionero al sur del paralelo 60°S.

Un año después del épico rescate, el Estado Nacional adquirió instalaciones de observación meteorológica en Isla Laurie. Desde entonces, la simbiosis entre la República Argentina, la Marina de Guerra y la Antártida, no tuvo interrupciones. A ello se le sumó la concepción de la corbeta ARA “Uruguay” para realizar la logística del relevo de personal de dicho observatorio, tarea iniciada en diciembre de 1904. Pasados 113 años de trabajo ininterrumpido, el espíritu del marino que puso nombre al rompehielos de avanzada más importante del continente, volverá a romper el hielo más allá del paralelo 60°S.

Así como el rompehielos puede ser sinónimo de la Antártida, la ciudad de Ushuaia se transformó con el tiempo en el último puerto para su logística. El devenir de los tiempos y las necesidades propias de la actividad, produjeron que esta concepción derive de “último puerto” a “primera escala”, para el sostenimiento de los servicios necesario para la logística antártica. Por ello, hablar de la Antártida evoca de manera automática a la figura del Irizar como medio por naturaleza, y Ushuaia como su puerta de acceso.

 

 

Ampliación de capacidades

En todo el sentido de la palabra, el rompehielos Irizar amplió su funcionalidad e instalaciones, para potenciar sus posibilidades. A los 111 marinos que conforman la dotación normal que lo tripula, se le suma el personal de la Aviación Naval que opera los helicópteros Sea King, más la dotación de servicios complementaria.

Cumplida la demanda de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) con la multiplicación de laboratorios, más de 60 científicos podrán desarrollar paralelamente tareas de investigación asociadas al mar y la meteorología, en los ahora 13 recintos de última generación; permitiendo a la vez el alojamiento y servicios para un total de 200 personas dedicadas a la investigación científica.

Por otra parte, la incorporación de nuevos equipos permitirá realizar nuevas tareas, como la toma de muestras de fondo y fauna marina, para determinar características de índole migratoria y de estudio general de las especies; además del relevamiento de información física de sedimentos y la incorporación de una campana en el laboratorio de química, que permite obtener un ambiente aislado para activar reacciones químicas.