Mantas de lana fueguina viajan por el mundo

One Land, la micro empresa, dedicada a la confección artesanal de mantas de viaje sigue creciendo y se prepara para vender sus productos en los mercados más exigentes del mundo.

RÍO GRANDE.- Desde hace cinco años, Martín Pastoriza, quien es tercera generación de productores rurales de Tierra del Fuego, lleva adelante con pasión, un proyecto comercial muy particular que se destaca por aportar valor agregado a la lana que se produce en la región. Con mucho conocimiento y sobre todo mucho amor, Pastoriza selecciona las lanas más excelentes que se lavan, cardan y peinan en la Patagonia y las hace hilar para tejarlas artesanalmente y convertir esa materia prima en cálidos y suaves tejidos de primera calidad que bajo la marca Ona Land, encierran buena parte de la identidad fueguina.

Martín Pastoriza, titular de Ona Land.

“Tenemos un producto que es excelente, tanto en la materia prima como en la manufactura, por eso apuntamos a lo más exigente del mercado a nivel internacional. Estamos en ese camino. Por ahí nos adelantamos a eso, no se la respuesta que tendrá el mercado, pero todo lo que podamos hacer para mejorar y destacar para ponernos a la altura de los más exigentes, lo seguiremos haciendo”, cuenta Martín Pastoriza en diálogo con El Sureño.

Su opinión no es una más. Además de tener conocimientos como productor, Pastoriza fue representante de una firma que compraba lanas en Tierra del Fuego, fue clasificador de lanas y además, fue supervisor y coordinador del programa de calidad de lanas de la Nación, Prolana.

“Cuando empecé, de lanas sabía un montón, pero del proceso tuve que aprender de cero. La idea de hacer mantas surgió de una nota que vi en una revista hace muchos años, de unos abogados de EE.UU., gente mayor que se había puesto a hacer mantas allá. Viajé a conocerlos y ellos me enseñaron todos los procesos de manera muy generosa”.

Posteriormente hizo un curso de tejido para aprender el oficio y así después poder enseñárselo a otros y cuando decidió arrancar, importó el primer telar. “Producir algo vendible, me llevó cerca de 2 años”, confiesa.

Sin embargo, un trabajo en relación de dependencia hizo que Pastoriza desarmara el telar y lo guardara durante varios años, hasta que en 2018 recuperó el deseo de retomar ese emprendimiento. “Conseguí un galponcito prestado, que lo convertí en taller. Empecé solo y cuando tenía ratos libres, armé el telar, empecé a comprar lana de vuelta y volver a producir me llevó otros dos años. Cuando tomé la decisión de dejar mi trabajo para dedicarme cien por cien a las mantas, comenzó la pandemia. Así que estuve un año y medio trabajando solo y en todo ese proceso patenté la marca y hoy estamos tejiendo todos los días”.

Hoy Ona Land produce sobre todo mantas de viaje y chales aunque hasta hace poco también hacía insuperables ponchos. “Por ahora ponchos no estamos haciendo, pero estamos tratando de imponer las mantas de viaje que son un producto ideal para ofrecerlo al turismo, por su tamaño, de aproximadamente un kilo de peso que está pensado para que pueda entrar en la valija, en el bolso, o incluso, llevarlo puesto”.

No obstante, estos productos no están disponibles en cualquier comercio por la baja escala en la que se producen. “La venta es personalizada y solo por menor. Y la venta online en Tierra del Fuego es muy complicada por la logística. Como es venta directa, la gente se pone en contacto a través de la página de Instagram o Facebook y ahí le pasamos lo que hay en stock y los precios. Y si les interesa comprar se les factura, transfieren y les hacemos llegar la manta a donde quieran y en todo caso, acordamos una visita al taller para que puedan retirarla personalmente”, explica Pastoriza.

Si Dios quiere, el año próximo Ona Land tendrá taller propio, con salón de ventas y el espacio necesario para sumar tres telares más y seguir aumentando la producción y seguir creciendo en volumen.

“Lo que estoy produciendo hoy nos permite vivir de esto. En realidad, Ona Land nació pensando en el turismo que llega a Tierra del Fuego y todavía no hizo pie en Ushuaia y así todo se vende localmente, genera mucho interés y hay mucha demanda por lo que el negocio promete seguir creciendo”, afirma Martín Pastoriza.

En cuanto al apoyo local, Pastoriza destaca que, tanto los dos gobiernos provinciales que pasaron estos años, como los municipios, siempre acompañaron. “Por ahí no pueden ofrecer lo que uno necesita, que es apoyo financiero, pero siempre acompañan, sobre todo, con la compra de productos para regalos institucionales”.

“Además, con el apoyo del Gobierno provincial hace pocos días logramos la certificación de calidad Tierra del Fuego-Fin del Mundo y también tenemos la aprobación de producto orgánico. Sólo que estoy en la búsqueda de lanas orgánicas de Tierra del Fuego que se exportan todas y cuesta conseguir algún puchito que haya quedado. Cuando lo logre, también voy a poder ‘chapear’ con eso”, bromea.

Y si bien asegura que todavía no está interesado en exportar, no tiene dudas de que en algún momento las condiciones se van a dar y lo van a encontrar preparado.

Lo más importante para él es haber logrado convertir en realidad su sueño. “Por suerte puedo hacer y vivir de algo que me gusta y me apasiona. El proyecto es muy ambicioso y me falta mucho por hacer, por eso elijo recorrer este camino con felicidad sin concentrarme tanto en el objetivo final, sino disfrutando cada día de hacer lo que me gusta”.

Quienes deseen conocer más sobre Ona Land pueden hacerlo a través de las páginas de Facebook ONA LAND,  Instagram @onalandtdf o www.onaland.com.ar y a través de Whatsapp, 2964-551017

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