Sin telescopio ni paraguas pasó la lluvia de Acuáridas por Río Grande

Anoche fue la jornada más intensa de la lluvia de Eta Acuáridas. El fenómeno puede observarse todos los años entre los meses de abril y mayo. Aunque durante la noche del 5 al 6 de mayo tuvo su máximo esplendor, es necesaria una completa oscuridad para verla a ojo desnudo.

RIO GRANDE.- La lluvia de estrellas Eta Acuáridas es un fenómeno natural que se produce todos los años entre el 19 de abril y el 28 de mayo. Este año su pico de actividad fue durante esta madrugada, cerca de las 05:00.

En esos momentos, las Acuáridas alcanzaron los 66 kilómetros por hora y una tasa de entre 40 y 85 meteoros por minuto. Aunque pueden ser avistadas sin telescopio, para observarlas, era imprescindible estar en un lugar alejado de la ciudad, con un cielo totalmente oscuro y despejado.

“Las posibilidades de verlo en ambiente urbano son escasas. Esos meteoros son muy notorios, pero no pueden ser muy brillantes. Entonces, en el cielo urbano lo desalentamos un poquito, porque no es que salís al patio de tu casa y ya vas a ver una lluvia tremenda”, explicó el profesor José Luis Hormaechea, a cargo de la Estación Astronómica Río Grande.

Las Acuáridas se pudieron ver en distintos lugares de Sudamérica: Perú (desde las 2:30 del 6 de mayo), Chile (desde las 3:30 del 6 de mayo), México (desde las 2:30 del 6 de mayo), Argentina (desde las 4:30 del 6 de mayo) o Colombia (desde las 2:30 del 6 de mayo).

Estrellas de piedra

El fenómeno se produce cuando la Tierra atraviesa restos de la cola de un cometa, en el caso de las Acuáridas el cometa Halley. Esto provoca meteoroides formados por hielo y polvo que entran en la atmósfera a una alta velocidad, se incendian y provocan luz. Es lo que comúnmente se conoce como estrellas fugaces, aunque estos cuerpos no sean en ningún caso estrellas.

Esta lluvia de estrellas recibe el nombre de Acuáridas porque los meteoros suelen provenir del mismo punto: la constelación de Acuario. Este punto es conocido como “radiante”. La Constelación de Acuario es una de las 88 constelaciones reconocidas y es la décima más extensa.

“Cuando uno mira cerca del radiante los brazos son muy cortitos, entonces mejor mirar lejos del radiante donde los brazos son más largos. Necesitás como se dijo, cielo despejado y a veces bastante paciencia, porque aún en el pico puede pasar un rato largo sin ver un meteoro. Es decir 10 o 15 minutos”, recalcó Hormaechea.

Además, el profesor explicó que las lluvias de meteoros como son las Acuáridas y Oriónidas, cobran importancia debido a que todas están relacionadas con un cuerpo progenitor. En este caso, el Cometa Halley.

“El proceso es así. Los cometas o incluso los asteroides a medida que van evolucionando su órbita, van dejando material que queda compartiendo la misma órbita del cuerpo progenitor. Cuando la Tierra pasa cerca o intercepta las órbitas ese material se precipita sobre la atmósfera de la Tierra y crea estas lluvias”, detalló.

En la mayoría de los casos, se conoce el objeto progenitor de estas lluvias de meteoros, en otros no: “Es importante conocer el cuerpo progenitor porque se supone que si la Tierra está atravesando la órbita de ese cuerpo en algún momento nos vamos a cruzar con el cuerpo mismo. Entonces eso conviene saberlo con la máxima anticipación posible. Por eso se estudian las lluvias, se conocen y sus cuerpos progenitores. Determinar cuáles son esos cuerpos, es importante para que se agreguen al listado de objetos peligrosos”, explicó el especialista.

Y agregó: “Nosotros, en Río Grande, tenemos un detector de meteoros que permanentemente 24 horas, durante los siete días de la semana, está detectando meteoros. En la imagen se ve que esta Acuárida aparece ya muy clara desde hace días. Este detector tiene la capacidad de detectar aún los meteoros que no podemos percibir a simple vista. La intensidad que se ve en la imagen es la cantidad de meteoros asociados con este cuerpo progenitor, que muchos no los vemos.

Ya hace diez años, la EARG cuenta con el detector de meteoros, y la colaboración con NASA data de 2010, cuando la EARG cobró interés debido a la ubicación geográfica, y otros aspectos particulares, que hacen que muchos datos se pueden obtener solamente desde esta ciudad.

Un cielo en pausa

Como parte del objetivo de forjar un mayor vínculo con la comunidad, la EARG lanzó en marzo de este año el programa “Los cielos del Centenario”. Debido a la situación sanitaria, consecuencia de la segunda ola de contagios de Covid, este programa está suspendido por el momento.

“Creo que fuimos el primer evento de cara al centenario de la ciudad. Lanzamos el programa el 29 de marzo, para acompañar los festejos del centenario de la ciudad. Lamentablemente estuvo nublado”, indicó el docente.

La segunda convocatoria tenía como nombre Cielos del sur: “Es el nombre que le daban los selk’nam al cielo hacia el sur. Tuvimos que suspender directamente, porque unos días antes se anunciaron las medidas restrictivas. Además, que las instituciones que nos acompañan, la UNLP y el CONICET, también acataron estas medidas. La tercera convocatoria es el 14 de mayo, y creemos, como está la situación, que vamos a seguir con la suspensión”, indicó el profesor.

En reemplazo, el equipo de la EARG, junto a la radio de la UNTDF, está preparando un podcast que se llamará “Los cielos del Centenario”: “Esperamos que junio o julio la situación se normalice un poco para hacer las convocatorias”, finalizó Hormaechea.

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