¡Se viene la maroma!

Es una de las frases argentinas que se usa para indicar que se avecina una situación problemática. “Hay que estar atentos, porque en cualquier momento se viene la maroma y aumenta la carne”. Diálogos que incluyen esta expresión se escuchan con normalidad en nuestras ciudades.

Una “maroma”, en cuanto objeto, es aquella cuerda que se encuentra tensa, sujeta en ambos extremos y a cierta altura por sobre el nivel del suelo. Según esta teoría, se puede decir que la frase “guarda que se viene la maroma” tuvo su origen en los trabajos que antaño se realizaban en los campos de cría con ganado.

Pero el uso de una cuerda tensada, llamada maroma, tiene otra historia relacionada con los famosos conventillos de la etapa fundacional de la argentina.

La llegada de contingentes de europeos a la ciudad alentó a algunos especuladores a edificar viviendas precarias, con muchas habitaciones pequeñas, para alquilar a las familias obreras.

Estos sitios contaban con dos posibilidades para dormir. El sistema de cama caliente, en el que se alquilaba un lecho por turnos rotativos, para descansar un par de horas. El otro era, precisamente, la maroma. Eran sogas amuradas de pared a pared, a la altura de los hombros. Quien optaba por esto, debía pasarse las sogas por debajo de las axilas, dejar caer el peso del cuerpo y dormir sentado.

De ahí viene el dicho “se viene la maroma”, tal como lo usamos hoy. Todo se puede caer, desmoronar.

Un comentario sobre «¡Se viene la maroma!»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *