Nuevos escenarios en tiempos de pandemia

El escenario nuevo y desconocido que genera miedos e incertidumbres nos ha impuesto cambios de manera abrupta y nos a propuesto redescubrirnos en los ámbitos que la rutina nos hizo quizás dejar de lado.

A medida que pasan los días, pudimos “armar” nuestra rutina en casa: desde lo laboral algunos trabajan on-line.

RIO GRANDE.- El 2020 nos sorprende con las noticias del otro lado del mundo… la COVID 19, pandemia desconocida e inesperada, que puso en alerta a todos por igual dando la primera lección: “Todos podemos enfermarnos y en el mismo sentido todos podemos cuidarnos…”
Tierra del Fuego fue la primera en iniciar el aislamiento social preventivo y obligatorio (cuarentena) el 16 de marzo. Días antes nuestra provincia estaba abocada a las actividades industriales, comerciales, al turismo extranjero, el regreso del éxodo de los que salieron de vacaciones desde “el norte” y el inicio de la actividad escolar y extraescolar (actividades recreativas, deportivas, idiomas, terapéuticas, etc) de los niños y jóvenes. En la actualidad llevamos más de 50 días de cuarentena. Las noticias nos dicen que vamos bien pero lo cierto es que no se sabe cómo continuará. Se nos convoca a una vida familiar, social y laboral diferente, novedosa.

Forzados a reorganizar
Debemos pensar que esto ha generado un cambio abrupto en la rutina de todas las familias. Al principio, quizás nos desorganizamos, pudimos sentir múltiples emociones y cambios de hábitos: angustia, incertidumbre, ansiedad, temor, irritabilidad, cambios de humor, cambios en el sueño, etc. Es importante que identifiquemos estos cambios y emociones, dejemos que nuestros niños y jóvenes puedan comunicarlas y expresarlas, para poder comprenderlas y aceptarlas. Como adultos también es necesario dar lugar a espacios de reflexión acerca de qué sentimos frente a esta realidad. Evadir estas sensaciones y/o sentimientos podría generarnos mayor malestar y dificultad a la hora de sostener y acompañar a los más chicos.
A medida que pasan los días, pudimos “armar” nuestra rutina en casa: desde lo laboral algunos trabajan en servicios esenciales, otros on-line y a otros se le suma la incertidumbre de no poder continuar. Desde lo escolar, “mudamos” la escuela a casa, los padres en rol de maestros, los espacios del hogar convertidos en aulas y patios, las propuestas pedagógicas desafiando todas las leyes de creatividad docente y en oportunidades poco equitativas para los que presentan dificultades de aprendizaje, contextos familiares y/o culturales menos favorecidos.

Reaprendiendo
Lo cierto es que en casa se aprende no sólo el contenido escolar: se aprende a convivir y acompañarnos en situaciones difíciles y de incertidumbre, a colaborar con las tareas de la casa, a utilizar las herramientas tecnológicas, a valorar la función de los docentes, a aplaudir el trabajo de aquellos que todos los días se arriesgan para cuidarnos, a pedir ayuda si en casa no estamos bien, a generar nuevas prácticas sociales, a resignificar los momentos familiares promoviendo “la vuelta” a espacios olvidados por muchos (por cuestiones de tiempos en la mayoría de los casos) tales como “el jugar en familia”, “el cocinar entre todos”… y podríamos seguir enumerando…
Si bien reconocemos los efectos negativos en relación a la pandemia, podemos decir que hemos construido y resignificado nuevos modos de convivir y de organizarnos, rescatando valores y principios de solidaridad, lazo social y empatía.

Lic. Natacha De Feo MP LPG 3800
Lic. Yanina L. Ulloa MP LPS 3838