La terapia de las imágenes incluso para personas no videntes

La escuela Motivarte se enfoca en cómo expresar emociones y reducir el estrés a través de la práctica fotográfica. Es apta para todos los públicos, incluso para personas no videntes.

Por Sofía Moure.- “Una imagen vale más que mil palabras”, sostiene el dicho. Debe ser por eso que, en los últimos 25 años, la fotografía terapéutica es cada vez más elegida en el mundo para expresar lo que no se dice verbalmente, como un espacio de autoconocimiento y bienestar.

Poder expresar y comunicar sentimientos, emociones o pensamientos mejora las habilidades sociales e interpersonales y la autoestima.

“Está dentro de las disciplinas artísticas y aprovecha los beneficios de las imágenes para favorecer la expresión y la comunicación”, cuenta Daniela Java, psicóloga, fotoperiodista y precursora de esta disciplina en Argentina. “Es una terapia complementaria, integrativa, que trabaja de manera interdisciplinaria con otras ciencias, pero que no es alternativa a otros tratamientos” explica, aunque también tiene fines meramente artísticos. Personas con y sin discapacidad toman sus cursos, así como también docentes, médicos, psicólogos y otros fotógrafos que luego aplican los conocimientos con otros públicos.

Java enfatiza que “en ningún momento existe la idea de curación”, pero que el poder expresar y comunicar sentimientos, emociones o pensamientos mejora las habilidades sociales e interpersonales y la autoestima, ayuda a atenuar los efectos del estrés, puede reforzar la memoria e incuso retrasar su pérdida.

“Es una terapia complementaria, integrativa, que trabaja de manera interdisciplinaria con otras ciencias, pero que no es alternativa a otros tratamientos”

Enamorada de la fotografía desde los 12 años, Java descubrió su uso terapéutico durante un viaje de estudios a Jerusalén, en 2013. Fue casi de casualidad o, quizás, cosa del destino. Una escuela de fotografía árabe-israelí, un banner y un camino de investigación que derivó, de regreso a Argentina, en el comienzo de esta disciplina en el país y de los talleres en la escuela Motivarte.

“Tiene una excelente recepción, porque no hace falta saber fotografía ni tener un diagnóstico para poder comunicar y expresar. Basta con tener algo para decir”, sostiene la fotógrafa, y espera que esta opción sea tenida en cuenta también por el sistema de salud y el Estado: “La fotografía es un recurso muy valioso para muchas personas en condiciones de vulnerabilidad social”. Podés comunicarte visitando Motivarte: www.motivarte.com

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