Homenajear a todas las madres, a su esfuerzo por criarnos y darnos una buena calidad de vida, a su apoyo incondicional y al cariño que nos han regalado desde que llegamos al mundo, resume este breve texto.
Mi mamá me ha hecho reír, me ha secado las lágrimas, me ha abrazado fuerte, me ha visto fallar, me ha regañado, me ha consentido, pero me mantiene fuerte aún sin su presencia.
Vivo orgulloso de haber tenido una madre ejemplar, para la que nunca hubo obstáculos cuando se trataba del bienestar o de la felicidad de sus hijos.
Reflexionando, recordamos momentos, sensaciones, enseñanzas y cosas que hacían nuestras madres cuando éramos pequeños que nos quedan marcadas a fuego. Si cerramos los ojos por un instante parece que estuviésemos en ese lugar, cuarenta o cincuenta años atrás.
A mi madre la recuerdo tal cual era… una persona fuerte y luchadora que me enseñó que puedes ser lo que te propongas ser y no lo que diga tu contexto social; de ella he aprendido la importancia de las pequeñas cosas y de cómo se puede ser inmensamente feliz con muy poco, pues lo verdaderamente importante son las personas que te rodean.
Hoy celebramos el Día de la Madre, por eso evocando la figura de mi madre Hilda, quiero rendir un especial homenaje a las mamás que trabajan en nuestro medio y hacerlo extensivo a todas las mamás de nuestra provincia.