Educando a Américo

María Constanza Azinian comenzó en octubre del 2019 una travesía hasta Alaska con su perro Américo. En cada ciudad que visita brinda charlas sobre educación y adiestramiento canino a la gorra. Este viernes, en Río Grande, Coty y Américo estarán en la biblioteca Kaukren.

Coty junto a su perro Américo.

RIO GRANDE.- Coty es de Buenos Aires, tiene 37 años y hace casi 5 años conoció a Américo, su perro, y junto con él, como ella misma lo cuenta, entró al mundo de los perros. Desde octubre del año pasado juntos recorren Argentina con la meta de llegar a Alaska. Este viernes Coty brindará una charla sobre educación y adiestramiento canino en la biblioteca popular Kaukren, ubicada en Prefectura Naval 439, a las 18:00. La capacitación es a la gorra.
“Hace unos cuatro años y medio que me dedico al adiestramiento canino. A raíz de que lo conozco a él (Américo) fue que empecé a pensar a ver de qué se trata esto de tener bien a un perro. Un cursito primero, otro curso más. Y me fui capacitando”, relató Constanza.
“Américo tenía tres meses cuando lo conocí. Y en ese corto tiempo uno no sabe qué tipo de experiencias tuvo el perro. Pero, sumado a mi ignorancia, porque en ese momento todavía no era adiestradora, se ve que no manejé bien algunas cosas que llevaron a que el perrito tuviera algunos comportamientos desfavorables”, recordó.
La rehabilitación de Américo no fue fácil. Por lo menos un año entero de trabajo intenso con adiestramiento y además en un momento del tratamiento, debió tomar medicación psiquiátrica: “Ellos al igual que un humano, tienen a veces prescripción de medicación para los mismos problemas, siempre recetada por un veterinario. Pero tienen problemas de ansiedad, hiperactividad. No es algo que se hable demasiado. Pero el perro hizo un cambio total. Sumado al trabajo que hicimos, mejoró nuestro vínculo, él comenzó a prestarme atención, hizo un cambio total”.

“Es un placer viajar con Américo ahora”, aseguró Coty.

Inicio del viaje
La idea de recorrer el mundo o parte de él venía germinando en Constanza desde hace años. Le hizo la propuesta a amigos, a parejas, pero nunca se había dado la posibilidad de concretarlo.
“Yo viví en España por un año, desde 2007 a 2008. Me fui de mochilera, pero quedé enloquecida, y estuve más tiempo. Cuando volví a Buenos Aires me dije ‘el mundo es muy grande y yo quiero conocerlo’. Era un sueño que me quedó en el tintero, se fue alimentando y estuvo guardado durante 10 u 11 años, hasta que el año pasado, en febrero me separé de mi pareja, y le puse una fecha al viaje. Era un tema que estaba muy a flor de piel”.
Américo aceptó la propuesta sin dudarlo. Y comenzaron los preparativos: la visa para Estados Unidos, la visa para Canadá, la venta de todo lo que tenía y preparar la camioneta para salir a la ruta: “Me hice hasta chequeos médicos. Y en octubre salimos. Y la verdad que estoy feliz, feliz”.
Desde Buenos Aires Coty se adentró en la provincia hasta Carmen de Patagones y desde Río Negro tomó más que nada la Ruta Nacional 3: “Estuve en casi todos los lugares de la Ruta 3.

La camioneta; allí Coty tiene artesanías que vende en cada parada, además de las clases de adiestramiento canino.

Los costos
En todas las ciudades que visita Coty realiza charlas abiertas sobre educación canina. Además, vende artesanías, realiza trabajos eventuales que van saliendo en el viaje. La meta es llegar a Alaska, sin límites de tiempo ni imposiciones de otro tipo. En Río Grande la charla será este viernes, celebrando por qué no el amor por los canes.
“Acá en Río Grande será ya el encuentro número doce de este recorrido. Son encuentros abiertos a la comunidad, charlas que duran dos horas. En esas charlas les doy a los humanos herramientas para entender de qué se trata esto de ser perro. Cuáles son sus necesidades básicas para poder satisfacerlas. Entender que el perro pertenece a otra especie y que si bien compartimos cosas en común, tienen cosas específicas de ellos que a veces pasamos por alto. Entender su lenguaje y prevenir problemas de comportamiento. Además, abro el campo para que la gente me cuente también qué problemas tienen ellos dentro de la casa”.
“Es muy rico el encuentro. Asisten los humanos, solamente sin los perros, pero es divertido; así que siempre hay una buena devolución de la gente que va. Y es a la gorra. Porque realmente estoy feliz de poder hacerlo de esta manera”.
Otro de los ingresos económicos que tiene Constanza se lo da la venta de artesanías: “Antes de salir al viaje me puse a pensar qué podría hacer, que fuera algo que además de que me genere un ingreso, que lo disfrute. Entonces tomé clases y pinto en acuarela, tarjetas, señaladores. Tejo al crochet, pinto sobre madera también, con acrílico. Y también es algo que gusta, la gente se copa mucho con la historia y te dice en qué te puedo colaborar. Además estoy abierta a los trabajos que surjan”.
Luego de su paso por Río Grande Coty pasará por Tolhuin y por Ushuaia. Desde ahí la ruta, planificada, la llevará a Punta Arenas y otros lugares de Chile hasta Torres del Paine, para volver a la Patagonia argentina y hacer la Ruta 40.
La travesía se puede seguir en redes sociales buscando “EducandoAmérico”, tanto en Facebook como en Instagram. Allí se pueden comunicar con ella para pautar charlas abiertas o clases particulares. Ante todo y por experiencia propia Coty aseguró que todo hábito negativo puede revertirse. No hay un no que valga para rehabilitar el comportamiento en un perro: “Nosotros estuvimos un año trabajando, con medicación pero con muchas pautas, en la casa con él. Es más fácil cuando se trata de un perro joven el aprender. Pero pensemos en nosotros. Una persona adulta siempre va a ser más reticente a aprender cosas nuevas, pero con trabajo se puede. Lo otro es que el perro por sí solo no va a hacer nada, necesita de ayuda. En la casa, si son muchas personas, tienen que estar de acuerdo, trabajar juntas”.