Es dueño de un carrito de comidas y una vez al mes dona todo lo que vende

Facundo atiende hace cinco meses El Ona”, un carrito de comidas que, en pleno centro de Río Grande, además de vender lomitos, panchos y hamburguesas, se caracteriza por tener un fuerte espíritu solidario. Una vez al mes dona toda la recaudación del día. Este lunes 29 será para Ian, un pequeño con una cardiopatía congénita que debe viajar a Buenos Aires junto a su mamá.

RIO GRANDE.- Sin importar el dinero que invierte, el último viernes de cada mes Facundo dona toda la recaudación del día a una causa que le parece justa.

Para este lunes 29 de agosto eligió ayudar a Ian, un pequeño de cinco años que sufre una cardiopatía congénita y necesita viajar junto a su mamá a Buenos Aires a realizarse estudios que determinarán si debe realizarse una tercera cirugía de corazón.

Lomitos, panchos, hamburguesas, todo lo que venda el carrito “El Ona” -ubicado en Belgrano 539 (en diagonal al hotel Atlántida)- será destinado a la causa solidaria.

Eso es lo que ha estado haciendo durante los últimos cinco meses, ya que arrancó a trabajar en diciembre de 2015, cuando le compró el carrito a un amigo.

“Primero le hicimos unas modificaciones que queríamos hacerle al carro y después que nos acomodamos un poquito económicamente siempre estuvo la idea de hacer esto, que es ser un poquito solidario nomás y contribuir con la sociedad de alguna manera”, contó Facundo.

A muchos les puede parecer una locura entregar todos sus ingresos. El opina que no es tan difícil.

“Lleva un costo importante, pero de mi parte siempre supe que todo vuelve y uno se debe preocupar más en dar que lo que va a recibir”, dice.

“La gente se ha copado mucho, desde que empezó la primera vez que no hubo mucha difusión, después le empezamos a meter publicidad paga por Facebook entonces se va sumando cada vez más gente”, asegura.

Las historias llegan a él. “Hay muchos problemas y muchas historias en todos lados -sostiene- y nosotros no nos ponemos en papel de jueces, vemos de qué se trata y tratamos de darle prioridad a los más extremos; más aún cuando se trata de chicos; prefiero priorizar esas historias”.
Ayuda para Ian

Ian, con cinco años, nació con una cardiopatía congénita y ya pasó por dos operaciones del corazón. “Por lo que me contó la mamá el padre solo le pasa una cuota alimentaria, no tiene mucho contacto con él, es una madre soltera y como está con este problema tampoco puede laburar porque tiene que estar con él”, relata Facundo.

El pequeño debe realizarse dentro de poco estudios complejos y para ello necesita viajar a Buenos Aires por quince días. “Al no tener trabajo su mamá necesita ayuda porque la obra social de Ian no le cubre el gasto. La madre hizo rifas y canastas, con eso se ha ido manejando”, cuenta.

Facundo asegura que la solidaridad trae su recompensa. “Ian me mandó un mensajito de voz por Whatsapp y me dijo ´gracias el Ona por ayudarme´; yo casi me morí cuando lo escuché”.
Todo un día

¿De qué manera lo implementa? “Lo que hicimos desde que empezamos con esta historia es que el último día lunes de cada mes se hace una venta solidaria. La venta del mediodía, de la noche y a veces hasta con mis hermanos hemos puesto de nuestros sueldos para que sume”, cuenta Facundo.

Para eso, como todos los días, hace las compras para la jornada, pero esta vez lo que se recauda va totalmente a esa causa. “Lo que hago es poner toda la materia prima, mi idea tampoco es pedir colaboraciones, me encargo de hacer las compras como un día normal, y la venta total del día la donamos”, relata.

“Es sólo un día al mes y mientras se pueda lo vamos a seguir haciendo; para mí lleva un costo importante pero siempre de mi parte supe que todo vuelve y uno se debe preocupar más en dar que lo que va a recibir”, dice.

Facundo cierra: “A mi familia y a mi gente le gusta la idea y estamos todos de acuerdo, nos reconforta muchísimo, y recibimos muchas cosas lindas”.

“El Ona”, ubicado en Belgrano 539, en diagonal al hotel Atlántida.
“El Ona”, ubicado en Belgrano 539, en diagonal al hotel Atlántida.