A 2800 metros de altura, el paraje El Alfarcito destaca en la inmensidad de la Puna

La localidad, situada a 10 kms. de Gobernador Manuel Solá y a 218 de la ciudad de Salta, deslumbra a los turistas por las vistas que ofrece de los cerros del valle de Lerma, que varían su tonalidad de acuerdo a la intensidad de la luz del sol.
BUENOS AIRES.- El paraje El Alfarcito, ubicado en la Quebrada del Toro, en los cerros del departamento salteño de Rosario de Lerma y a 2.800 metros de altura, permite contemplar la belleza de los paisajes puneños, el trabajo de sus habitantes y la influencia directa que tiene el turismo en la generación de empleo.

El ministro de Cultura y Turismo de Salta, Mariano Ovejero, señaló que “la fuerte identidad cultural de sus habitantes, que conservan el sentimiento y los valores ancestrales de pueblos como Campo Quijano, Ingeniero Maury, Puerta Tastil, Chorrillos y Gobernador Manuel Solá, es otro de los atractivos de este lugar”.

Los copleros, que transmiten los relatos y creencias de la zona, les otorgan un aire colorido y pintoresco a los áridos paisajes de esta parte de los cerros de Lerma.

Esta lluvia de colores y vestimentas típicas de la Puna se matizan con puestos de comidas regionales y con las artesanías de las familias del lugar, que tienen una economía basada en la producción agrícola y la cría de cabras y ovejas.

La actividad económica, que estaba en retroceso, cobró nueva vitalidad a raíz de dos factores clave: la creación de la Fundación Alfarcito y la llegada del recorrido terrestre del Tren a las Nubes, que multiplicó el arribo de turistas y reavivó el mercado artesanal y gastronómico.

El padre Walter Medina, responsable de la Fundación y delegado del Arzobispado de Salta, le dijo a Télam que “la llegada de los micros del Tren a las Nubes fue decisiva porque multiplicó la llegada de visitantes y los ingresos de la comunidad”.

La Fundación ayudó en ese sentido, ya que gracias a su trabajo los pobladores de la zona cuentan con recursos y acciones necesarias para fortalecer su educación, su capacitación, su perfeccionamiento y su potencial emprendedor.

“La idea es alentar el desarrollo socioeconómico de la región para que sus habitantes puedan descubrir en su tierra una opción sostenible para el arraigo definitivo”, remarcó el padre Medina.

Las acciones para que los pobladores de la zona puedan afincarse allí se notan con fuerza en materia habitacional y educativa, ya que existe un fuerte desarrollo de casas y escuelas y hasta hay un colegio secundario.

El delegado del Arzobispado salteño señaló que en esta tarea “se valora la antigua sabiduría de estas comunidades, su cultura andina y su profundo sentimiento de pertenencia con esta geografía”.

El Colegio Secundario Albergue de Montaña El Alfarcito, el primero en los cerros del departamento de Lerma, alberga, equipa y educa, de manera absolutamente gratuita, a los egresados de las 18 escuelas primarias y a los adolescentes de las 26 comunidades diseminadas por esta zona.

El objetivo del colegio es favorecer el desarrollo humano y el arraigo definitivo de los jóvenes quebradeños en sus tierras originarias a través de una educación secundaria enfocada al despliegue de técnicas, habilidades y contenidos oportunos para la región, preservando su identidad y cultura andino puneña.

“Los egresados confían en sus propias potencialidades y son capaces de implementar emprendimientos personales y comunitarios en sus cerros originarios”, explicó el responsable de la Fundación.

La creación de este colegio, como así también la construcción de viviendas, son parte del legado del padre Chifi, un cura que comenzó una obra donde la comunidad es la protagonista saliente.

La Fiesta de la Papa Andina, los festejos de la Pachamama y la celebración del Patrono San Cayetano, con la misa, la procesión y el tradicional baile de los suris, son otros de los atractivos fuertes para los turistas en este paraje de la Puna.

La llegada del recorrido terrestre del Tren a las Nubes, concretado mediante un convenio del Ministerio de Turismo de la Nación, el gobierno salteño, la empresa del ferrocarril y la Fundación Alfarcito, multiplicó el arribo de visitantes y la actividad económica del paraje.

La Fundación recibe a los turistas con un desayuno elaborado en base a productos regionales, los alumnos hacen de guías para recorrer la iglesia, el museo, el centro de artesanos y el colegio; y los artesanos y elaboradores gastronómicos tienen un nivel de actividad importante gracias a la llegada del tren.

“Así, la imagen del padre Chifri va más allá de El Alfarcito y de los cerros de Rosario de Lerma y se difunde una apasionante manera de acercarse a los fieles para dar mayor dignidad al trabajo de las personas de los cerros”, afirmó el padre Medina.

San Francisco de Alfarcito es un pequeño pueblito ubicado a 3.524 m.s.n.m. en una derivación de la Ruta Provincial Nº 11.