El último territorio nacional, la provincia más joven

El Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur fue el último Territorio Nacional de la República Argentina. Se convirtió en la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur en 1991. Fue creado en 1884 con el nombre de Gobernación de la Tierra del Fuego y tomó su nombre y extensión completa en 1957.
El último de los territorios nacionales, Tierra del Fuego, quedó convertido en provincia merced a la ley sancionada en el Congreso en 1990, tras una larga historia de vaivenes y cambios de condición.

En el principio, a la hora de la organización nacional, las provincias fueron sólo 14, y no existía control efectivo sobre zonas australes y norteñas del país.

Cuando ese control llegó en 1884 tras las campañas de los generales Roca y Victorica, se crearon por Ley 1532, diez territorios nacionales, entre ellos el fueguino.

Más de medio siglo después, en 1943, el presidente Pedro Ramírez por decreto 5626, determinó que el gobierno de Tierra del Fuego sería ejercido por un oficial superior de la Armada en servicio activo, cuyo nombre sería propuesto por el entonces Ministerio de Marina.

En ese mismo año, el territorio de los Andes fue repartido entre las provincias de Jujuy, Salta y

Catamarca.

La década del 50 fue la de la maduración del debate sobre la inequidad de la diferencia entre los territorios y provincias. Por entonces, Ricardo Rojas sostuvo que la categoría institucional del

territorio “equivalía a la de colonia”. En 1951 se provincializaron las actuales Chaco y La Pampa por entonces llamadas respectivamente Presidente Perón y Eva Perón. Dos años después, en 1953, se hizo otro tanto con Misiones.

El resto de los territorios pasó a condición de provincia en las postrimerías del segundo gobierno

peronista, con la Ley 14.408. La norma tuvo un trámite extremadamente veloz: fue remitida al Congreso el 14 de mayo de 1955, sancionada el 15 de junio y promulgada el 28 del mismo mes y año. La Ley 14.408 creó cinco nuevas provincias:

Formosa, Neuquén, Río Negro, Chubut y Patagonia, que incluía a Tierra del Fuego, las islas del Atlántico Sur y el sector Antártico.

El estatus fueguino volvió a variar un año después. El Gobierno de la revolución libertadora convalidó la ley pero rebautizó Santa Cruz a Patagonia y excluyó de sus límites a Tierra del Fuego, las Malvinas y la Antártida Argentina.

Nuevamente los fueguinos vivían en un territorio, el último del país.

Durante el gobierno de Raúl Alfonsín se envió al Congreso el proyecto aprobado ahora con significativas modificaciones. El texto original reducía a Tierra del Fuego sin las islas menores

del Atlántico Sur. La discusión legislativa que levantó la iniciativa tuvo algún ribete de conveniencia política. Se especuló con que el radicalismo, en crecimiento en todo el país, deseaba

contar con dos nuevos senadores para mejorar su situación en la Cámara alta.

La decisión justicialista de insistir en la inclusión de las Islas Malvinas fue interpretada como un freno a esas aspiraciones. De ese modo, la mayoría peronista del Senado introdujo ese tema y el proyecto quedó largamente demorado en Diputados.

Ahora, la balanza legislativa se inclinó por la “provincia grande”. De cualquier forma, la pertenencia de las Malvinas a esa nueva provincia tiene un carácter simbólico, perfectamente definido en tal sentido por la instrumentación que el Poder Ejecutivo da a la ley sancionada.
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