“Reecontrándonos” advierte que aumenta el consumo de sustancias en Tierra del Fuego

En Ushuaia la ONG cuenta con 12 camas y “la verdad es que siempre están cubiertas”, advirtió Lavenia.


Stella Lavenia, titular de la ONG “Reencontrándonos”, advirtió que en Tierra del Fuego es alarmante el consumo de drogas y alcohol y reconoció que desde hace un tiempo faltan recursos para atender la demanda que se presenta actualmente. “En Río Grande y Ushuaia estamos observando mucho consumo de drogas duras”.

USHUAIA.- Si bien reconoce que no hay estadísticas ni datos oficiales sobre adicciones en Tierra del Fuego, salvo los relevamientos del Sedronar sobre el consumo de alcohol, la titular de la ONG que desde 2001 se dedica al tratamiento de adicciones, expresó que “hoy tenemos un grave problema de consumo y como el Estado tiene otro abordaje, el problema nos viene a nosotros. Acá la gente llega desesperada. Necesita una contención que el Estado no ofrece y que a nosotros nos desborda porque no tenemos los medios”.

Sin ir más lejos, la mujer detalla que esta semana la ONG recibió casos desesperantes que se repiten cada vez con más frecuencia y la falta de medios económicos, dificulta su correcta atención. “Nos llegan matrimonios completos con chicos que necesitan asistencia, chicas embarazadas; nos pidieron una intervención en prisión. Desde el año 95 que estamos trabajando en esto y vemos cada vez más casos durísimos que se presentan todos los días. Es muy fuerte todo lo que enfrentamos. Y eso, combinado con que no nos alcanza el dinero para sostener este trabajo, nos produce una gran impotencia”.

Según advierten desde la organización, Tierra del Fuego tiene la particularidad del policonsumo, es decir que los adictos combinan varias sustancias a la vez. “Eso sucede por la variedad de sustancias que ingresan a la isla. No es lo mismo lo que sucede en la parte continental, en que los adictos presentan dependencia a una sustancia en particular. Si bien los pacientes tienen un diagnóstico y se determina un perfil, generalmente son de policonsumo. Y cuando digo esto, incluyo el juego también”, explica Stella.

“Estamos viendo mucho consumo de drogas duras, y eso es preocupante porque producen un deterioro físico y psíquico muy grande. Los adictos que llegan en esta situación también combinan con alcohol, así que el estado en que los recibimos, es muy malo”.

En cuanto al vínculo de la ONG con el Estado, Lavenia ejemplificó: “Muchas veces la Justicia y Minoridad nos derivan casos a nosotros y los recibimos porque tenemos un compromiso con este trabajo”.

Un claro ejemplo del divorcio que existe en la sociedad civil y el Estado, es la relación que la institución tiene -o mejor dicho, no tiene- con la Municipalidad de Río Grande. “No llego al Intendente de Río Grande porque nunca nos atendió. Hay una ordenanza que nunca cumplió de ayuda a las ONG con determinados requisitos porque nunca se hizo cargo. Nunca logramos eso, pero lo cierto es que en Ushuaia tenemos una excelente relación con las autoridades, tanto de la Municipalidad como del Gobierno Provincial. Lamentablemente, hacia abajo, la burocracia está instalada de tal manera que es imposible lograr una respuesta rápida y eficaz. Y esa es la realidad que padecen los pacientes que necesitan ayuda urgente y no la encuentran”.

Diferentes

La influencia del poder adquisitivo, las características del paisaje, o la vida social, hacen que las tres ciudades presenten diferentes características en materia de adicciones. “Un sociólogo podría hacer una evaluación sobre las razones, pero para mí es una conjunción de los tres aspectos. En Río Grande, la vida fabril, el modo en que llegan las sustancias, hay otro tipo de sustancias, el deterioro social es distinto. La población es más cerrada. En Ushuaia es diferente, la gente es más abierta tal vez por la influencia del turismo, tiene otra mentalidad, también se consumen otras sustancias. Eso hace que haya grandes diferencias en las problemáticas que encontramos”.

En Ushuaia, la ONG tiene un trabajo de muchos años que los respalda y se han convertido en referente en materia de tratamiento de adicciones. “La gente no sabe si somos ONG, si somos parte del Estado. Ellos vienen, tocan el timbre y los atendemos. En cambio en Río Grande hay atención del Estado, hay ONG, hay una empresa de salud que también está haciendo algo. Por eso el trabajo también es diferente, porque en Río Grande los esfuerzos se dispersan y no hay un punto de encuentro”.

¿Se puede salir?

“Estamos convencidos de que siempre se puede salir, aún en los casos más difíciles. Van a necesitar más tiempo, un acompañamiento distinto, especialmente en la parte de la inclusión laboral y social en la cual tenemos que ir acompañando. Estas personas, por tanto consumo pierden sus familias, sus amistades. Poder resguardarse del consumo es muy difícil para ellos y necesitan un acompañamiento bastante largo, donde las obras sociales no se hacen cargo porque tienen un tope. Es bastante largo, pero totalmente posible. A lo largo de todos estos años nosotros tenemos chicos que son psicólogos, que terminaron su carrera, que hicieron tratamiento a los 15 años por ejemplo. Gente que está trabajando y son profesionales. Sí, siempre es posible. Con un poco más de trabajo para acá o para allá, con más esfuerzo personal, reforzando la independencia, pero claro que sí”.

Faltan recursos

Reencontrándonos recibe recursos del Gobierno Provincial y de la Municipalidad de Ushuaia para sostener su actividad, sin embargo, los embates de la economía han complicado su financiamiento. “Hace 14 años que recibimos un subsidio de la Municipalidad de Ushuaia establecido por ordenanza, que consiste en un cálculo de tres sueldos de la mayor categoría del Concejo Deliberante. Esta gestión descubrió que no había ningún apartado que dijera que el sueldo que se tomaba como parámetro, incluyera la zona. Entonces qué pasó con eso? Que el año pasado recibíamos 88 mil pesos y este año 55 mil. Ellos interpretaron que durante 14 años, nos pagaron mal. Estamos trabajando con el Concejo para ver si puede hacer una adenda, si se puede actualizar el monto… pero todo eso requiere una energía extra, que muchas veces nos agota”, señala Lavenia.

Además destaca que “la institución se ha resentido tanto económicamente que ya no estamos justos, sino en déficit. Históricamente, recibíamos el 100% más que las ONG de Buenos Aires porque las obras sociales reconocían los costos operativos que teníamos en la isla, que todos saben que fueron siempre muy superiores al resto del país. Hoy en día, estamos en la misma situación que las ONG de Buenos Aires”.

Desde 2001, la asociación civil “Reencontrándonos” trabaja en Tierra del Fuego en el tratamiento de adicciones con la modalidad de comunidad terapéutica. Se inició con un servicio ambulatorio y después, por una necesidad social, se fue ampliando hasta brindar tres tipos de tratamiento: consultorio externo, comunidad de día e internación. Por mucho tiempo fue el único lugar de internación en Tierra del Fuego. En Río Grande tiene una sede ubicada en Antártida Argentina 860 donde brinda servicio ambulatorio. “Si en Río Grande tenemos un caso que necesita internación, la trasladamos a Ushuaia, donde tenemos hasta 12 camas y la verdad es que siempre están cubiertas. Hoy no podemos absorber mujeres porque la situación edilicia no nos permite dividir como nos exige el Sedronar. Sólo el Estado puede brindar internación a mujeres y dada la demanda, la mayoría de ellas son trasladadas a centros de internación de Buenos Aires”.

“La nuestra es una ONG que tiene muchos años de trabajo, que en la sociedad está reconocida, que desde la Gobernadora para abajo todos los funcionarios la conocen y que la sociedad reconoce como un lugar de contención para el tratamiento de las adicciones, sobre todo para menores”.

Unas 30 personas entre profesionales psiquiatras, psicólogos, asistente social, operadores socioterapéuticos profesionalizados, terapeutas de familia y talleristas y administrativos, trabajan para la organización en toda la provincia.